Australia · Viajes

Sydney: días 47 y 48

Domingo 12/06/16:

Me despierto a las doce sin alarma, me levanto, tomo agua, me como un muffin, me acuesto de nuevo.

Me despierto a las tres con alarma, me levanto, me hago un sandwich, tomo agua, me acuesto.

Me levanto cuatro y media, me ducho y me voy a trabajar.

Siento que no dormí nada y me explota la cabeza. Hoy sí que debería quedarme en casa todo el día. Tremenda resaca tengo. Y eso que no tomé tanto. Pero el vino ese que probé era muy dulce, muy empalagoso. Creo que fue eso. De hecho, es un vino que acá es muy barato así que sospecho que su calidad no debe ser la mejor, jaja.

Hoy hace más frío que ayer incluso. Menos mal que Marlous me dejó su bufanda gris a los pies de la cama, para que pueda volver a usarla.

Por suerte ya en el stand entiendo todo, y hoy hasta incluso me ponen un rato en la caja, a atender gente y cobrarles. Uno de los chicos me presta su campera para no morir congelada. Me divierte estar en la caja, es fácil y se me hace más llevadero… más con lo mal que arranqué el día hoy. La caja registradora hasta te dice cuánto tenés que darle de vuelto a cada persona, es demasiado sencillo.

Me como un pancho sentadita en un cajón adentro de la carpa y me tomo una sopa, mientras miro trabajar a mis compañeros. De a poco me voy sintiendo mejor… y ya no tengo tanto frío.

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Comiendo mi pancho adentro de la carpa. De un lado atendemos a la gente, del otro las chicas preparan la comida.

Cuando salgo de ahí son las 11.30 y me voy para casa directo. No veo la hora de estar acostada. Veo que han mandado el cronograma de turnos para esta semana y mañana tengo que estar en la cervecería de nuevo. ¡Otra vez volver ahí, con la gente enloquecida, con el vestido de Heidi, corriendo de acá para allá!  Yo que puteaba por tener que venir a la carpa a vender panchos, y al final estuve muy tranquila, se me pasó volando el tiempo y estuvo divertido. En la cervecería estoy mucho más ocupada,  y no es lo mismo, no me relajo ni un minuto.

Encima me acabo de enterar que mañana es feriado.
No me quiero imaginar lo que va a ser…

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Lunes 13/06/16:

No sé cuantas horas dormí, pero creo que no me recupere todavía del sábado a la noche. Estoy cansada, me duelen las piernas, me duele la cabeza. Creo que estar trabajando todos los días me está pasando factura.

Está lleno de gente por todos lados. Lunes feriado en Sydney y todos han salido a pasear. El día ayuda, está fresco pero soleado. Cuando llego a la cervecería, me pongo a charlar con algunos de mis compañeros… y mi cara cambia totalmente cuando me entero que por trabajar hoy nos tienen que pagar el doble. ¡Serían 44 dólares por hora, es un montón de plata! De repente tengo motivación extra, jaja. ¡Cómo no sabía esto! 

No hace ni una hora que empecé a trabajar, y me toca llevar una bandeja a una de las mesas de afuera. Tiene sólo dos vasos de cerveza. La apoyo sobre la mesa para poder servirlos y de la nada, la bandeja se desliza… veo en cámara lenta cómo los vasos se inclinan… pongo mi mano por detrás de ellos, para intentar evitar que se caigan y ocurra el desastre, pero es en vano.

Los vasos se desploman, la cerveza se vuelca sobre la mesa, moja a todas las personas que están sentadas… y el vaso se rompe sobre mi dedo.

Es un mar de cerveza y de sangre.

Mientras trato de disculparme y de limpiar al mismo tiempo, mi dedo índice está todo rojo. No me doy cuenta hasta que viene una de las mozas y me dice que me vaya adentro a limpiarme. Recién ahí me miro la mano. Corro con el dedo estirado, no para de salir sangre y no llego a ver bien dónde me lastimé. Todavía no entiendo cómo hizo el vaso para romperse.

Pongo el dedo abajo de la canilla y cuando el agua limpia, veo que me hice un lindo tajo… viene uno de los chicos, me pregunta si estoy bien. Viene uno de los manager, me acercan un botiquín. El dedo me duele mucho pero tengo que hacerme la fuerte. Me ponen una curita y una funda de plástico azul arriba del dedo, parece un preservativo.

Y tengo que volver a trabajar.

Voy a la mesa a disculparme, me preguntan si estoy bien. Una de las chicas tiene su tapado y su cartera llena de cerveza. Le pido disculpas de nuevo, realmente no sé cómo pasó. He llevado bandejas con más cosas y nunca me pasó algo así.

Pero bueno, siempre hay una primera vez.

La tarde transcurre sin mayores accidentes por suerte, jaja. Al rato vuelvo a destapar la herida y me cambio la curita… no tiene buena pinta el dedo. Espero que no tenga que ir al hospital a ponerme puntos.

Esa noche duermo con el dedo estirado. Me duele un poco pero creo que se está empezando a cicatrizar. Al menos ahora me quedará una marca de guerra de mis días como moza, una linda cicatriz de #PalienSydney.

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